IBIZA | D.B. Todo estaba listo, a las cinco de la tarde de ayer, para el inicio de la séptima edición del salón Viniterraneus. El restaurante Can Bernat se convirtió durante más de cinco horas en un paraíso para los amantes del vino, con la presencia de 65 bodegas de todo el mundo que permitieron a los asistentes realizar un viaje a través de 600 vinos.

Un nuevo concepto más abierto y participativo se ha lanzado este año en Viniterraneus, con el fin de permitir al público no solo catar un sinfín de vinos sino también aprender diferentes aspectos de esta y otras bebidas. Así, además de la gran exposición de vinos, la feria acogió actos paralelos como show tasting para grupos reducidos, catas a ciegas y un taller de gin-tonic.
Tanto profesionales como particulares se animaron, durante toda la tarde y parte de la noche, a interactuar con los representantes de las bodegas más importantes de España y del mundo. Porque en el salón no faltaron referencias de Francia, Italia, Sudáfrica, Chile, Australia o Nueva Zelanda, entre otras.

Importantes bodegueros
Una de las figuras más destacadas en esta edición fue la de Rafael Palacios, que reivindica la calidad de los vinos blancos: «no se les daba la seriedad que tenían, pero ahora la cosa está cambiando». Procedente de una familia de bodegueros, Rafael Palacios emprendió su aventura en solitario y ha logrado resultados excepcionales con As Sortes. También presentó en Viniterraneus Louro, Sorte Unica y Sorte o Soro.

Por su parte, Gabriel Salas dio a probar casi una decena de vinos de la bodega chilena Concha y Toro, nombrada la más admirada del mundo por parte de una revista británica y presente en más de 130 países. El representante de la bodega destacó: «En Ibiza se vende mucho vino extranjero. Viene gente de todo el mundo, y a nosotros nos interesa estar donde están nuestros clientes», explicó Salas.
Perú ha sido este año el país invitado, y su bebida más representativa, el pisco, ha contado con estand propio de la mano de ‘Los vinos del mundo’. Su representante, Franck de Graevere, afirma sus excelentes usos para coctelería de trago largo. El chilcano de pisco, elaborado con pisco acholado, refrescó y sorprendió a muchos curiosos que nunca lo habían probado. Además, hubo bailes típicos.
La cata a ciegas puso a prueba los sentidos de muchos asistentes a la feria, que tenían que probar seis vinos y acertar su procedencia. «Entre ellos hay varios ibicencos. Queremos saber la aceptación que tienen entre otros vinos de fuera», explicó Josep Lluis Joan, técnico de Agricultura del Consell de Ibiza.
La afluencia de gente comenzó poco después de las cinco y el público fue aumentando a medida que avanzaba la tarde. «Esto demuestra que tenemos herramientas para superar la crisis», afirmó el propietario de Enotecum y organizador de Viniterraneus, Javier Escandell. El éxito fue abrumador.

Diario de Ibiza, 17 de Mayo de 2013