50 años de la primera ´colla de ball´

LAURA FERRER ARAMBARRI | IBIZA Este mes se cumplen 50 años de la creación de Aires de Sa Talaia, la  primera agrupación folclórica estable de las Pitiusas, «que puso la semilla de todos los grupos que se han ido creando desde entonces», tal y como recuerda Pedro Planells, alma mater de la agrupación.
A principios de los años 60, Planells se percató de que el modo en que se presentaban las danzas tradicionales en Ibiza «era muy interesante pero poco pedagógico y variado». Cuando le enviaron de maestro a las Escuelas Nacionales de Sant Josep decidió poner en marcha la agrupación, «que acompañaría sus actuaciones de explicaciones pedagógicas de los bailes, vestidos, joyas e instrumentos tradicionales». Así, en 1962, echó a andar la agrupación con 14 componentes entre sonadors, balladors y cantadors.
Pronto Aires de Sa Talaia se hizo muy popular. A sus actuaciones en Ibiza, una de ellas en la visita a la isla de los por entonces príncipes Don Juan Carlos y Doña Sofía, se sumaron viajes a festivales folclóricos internacionales en la Península y también en el extranjero, en ciudades como las francesas St. Marie, Clermont Ferrand, Puy de Dôme y Rodès y las suecas  Rättvik y Falun, entre otras. Planells recuerda también las actuaciones en TVE, «que en aquella época paralizaban la vida del pueblo el día de su emisión», subraya

Aquellas  experiencias tuvieron repercusión en los medios de comunicación, que dieron una imagen de la isla alejada del cliché de destino de ´sol y playa´. «Estas danzas transmiten el estado del alma en la mujer y la virilidad de su compañero repicando las grandes castanyoles de Ibiza», según el diario La Montagne de Francia. El diario La Depêche destacaba «el endiablado repique de las castanyoles del grupo de San José, Ibiza». Entre el auditorio de sus actuaciones también hubo reacciones: «Verdaderamente impresionado por la pureza del canto y la categoría de este grupo folclórico», aseguraba Cristobal Halffter, compositor y musicólogo, mientras Gratiniano Nieto, director general de Bellas Artes, afirmaba que esas danzas «son propias de un pueblo archicivilizado».
En Murcia, durante un Festival Internacional del Mediterráneo, Planells temió que el público no apreciase el canto y el ball pagés después de un torbellino de vistosas jotas de los demás participantes. «Solté un discursito previo, explicando de qué iba el canto de Ibiza: una mezcla antiquísima de diferentes culturas mediterráneas y, finalmente, salvo siete que silbaron, los más de mil espectadores nos regalaron una ovación tremenda», recuerda Planells.
Uno de los grandes méritos del grupo es que en 1964 creó una agrupación infantil, con integrantes de entre 6 y 13 años, que se convirtió en una cantera inagotable de bailadores y bailadoras para el grupo adulto. «Proporcionó a los jóvenes la posibilidad de aprender sobre sus tradiciones y costumbres y, gracias a las actuaciones programadas fuera de Ibiza, muchos de los integrantes cogieron por primera vez en sus vidas un avión o un barco. Lo recuerdan con cariño», explica su fundador. 
En 1968, Aires de sa Talaia recibió la distinción al Mérito Turístico del Ministerio.
Aunque la agrupación desapareció como tal en 1979, Planells está convencido de que fue «la raíz» de la creación de otras agrupaciones en la isla. «La simiente de todo eso se puso en Sant Josep», subraya y se declara «contentísimo» del premio Ramon Llull a la Federació de Colles d´Eivissa i Formentera.                             Diario de Ibiza, 19 Marzo 2012